El mindfulness es una técnica milenaria que tiene como principal objetivo tomar distancia de nuestros pensamientos y emociones, verlos como si fuéramos un mero espectador. Significa atención plena e implica estar presentes en el aquí y ahora, prestándole atención a lo que sucede en nuestro interior o a nuestro alrededor sin emitir ningún juicio de valor.
Es una técnica muy sencilla, por lo que es genial para los niños, ¡os animamos a que lo probéis con ellos! Se puede practicar en cualquier espacio libre de ruido, por lo que cada vez es más frecuente encontrarlo dentro de las aulas. Lo normal en los colegios es sentarse en el suelo en un círculo y realizar una de las prácticas. Un momento idóneo es justo al volver del recreo, con el fin de que, con los alumnos relajados, la concentración en la tarea que se realizará después aumente.
Aprender a prestar atención a una única cosa es fundamental ahora que vivimos en un mundo que va muy rápido y donde las distracciones son muchas. El mindfulness consta de ejercicios de atención y respiración que les ayuda a centrarse en el presente y no en el futuro. Les ayuda a contemplar los problemas con calma y a no reaccionar inmediatamente..
Percibiréis los beneficios del Mindfulness muy rápido. Al realizar un ejercicio conseguimos un estado de relajación, que permite que los niños focalicen su atención en determinados estímulos, es decir, aprendan a concentrarse.
Los niños también aprenderán a tomar conciencia de sí mismos, y reflexionarán sobre sus emociones, sean positivas o negativas. El mindfulness mejora el rendimiento académico de los pequeños e incluso les ayuda a gestionar mejor la ansiedad ante los exámenes. Además, está demostrado que, a largo plazo, la práctica del mindfulness incluso puede desencadenar cambios duraderos a nivel cerebral. La amígdala de las personas que practican mindfulness es menos reactiva, es decir, que es menos probable que experimenten reacciones intensas de miedo, frustración o ira.
Para conseguir una práctica adecuada con niños, es importante que ésta, en un principio, tenga un enfoque lúdico.. Quizá para empezar, 2 o 3 minutos son suficientes para una práctica de mindfulness.
Si buscáis alguna idea sobre qué ejercicios de mindfulness podéis realizar con niños, os recomiendo que le deis un vistazo al juego “El rincón tranquilo”, incluido en la plataforma Smile and Learn. Encontraréis 6 ejercicios geniales para hacer en clase.
Beatriz Martos
Equipo de Educación