Para muchos, la comunicación es el aspecto más importante en el aprendizaje basado en CLIL (en sus siglas en inglés: Content Language Integrated Learning). ¿Por qué? A través del CLIL los alumnos aprenden a usar el lenguaje, usando el lenguaje para aprender. En pocas palabras, los estudiantes no repiten como loros lo que dice el profesor o sus compañeros, si no que diseñan patrones de lenguaje propios, siendo ellos, y no el profesor, los protagonistas. Esto se describe como «lenguaje a través del aprendizaje».
Los profesores de lenguas extranjeras no deberían protagonizar sus clases, porque no son ellos, si no los estudiantes, quienes necesitan practicar el L2 (segunda lengua) correspondiente. Es recomendable que las instrucciones que da el profesor cubran solo el 20% de la case, mientras que el 80% restante debería dedicarse a la comunicación entre los niños, dentro y fuera del aula.
El «lenguaje del aprendizaje» es el tipo de lenguaje que los niños necesitan para llevar a cabo las tareas planificadas. Si queremos que formulen una hipótesis sobre una teoría científica, o discutimos sobre un experimento científico, tendríamos que enseñarles condicionales, verbos modales o tiempos futuros, que les permitan articular las ideas que necesitan explicar.
El «lenguaje para el aprendizaje» está basado en la metacognición: el alumno es dueño de su propio aprendizaje. Los profesores que siguen la metodología CLIL indican a sus estudiantes dónde mirar, sin desvelar lo que tienen que ver.
Iphigeneia Mariou