La tecnología nos ofrece grandes beneficios, es nuestra compañera cada día, nos facilita la vida diaria y gracias a ella hemos mejorado muchos procesos. Pero como todo, tiene ciertos peligros, sobre todo para los más pequeños, que están aprendiendo a utilizarla, y sin la ayuda y consejo de los adultos pueden enfrentarse a ciertos riesgos.
Uno de los principales problemas del uso de la tecnología es la adicción que puede afectar al uso de redes sociales, juegos o incluso al teléfono móvil. Para evitarla, podemos proponer a los pequeños actividades al aire libre, manualidades, la creación de historias o juegos en familia.
Gracias a estas pautas y a las alternativas al uso continuado de la tecnología, podemos hacer que los niños tengan una infancia sana y equilibrada.
Otro problema es la publicidad indiscriminada que reciben los más pequeños provocando consumismo y sensación de necesidad de los productos anunciados. En este caso hay que evitar que vean anuncios en la medida de lo posible, ya sea en la televisión o en aplicaciones, además de explicarles que no es necesario tener todo lo que se ve en los anuncios, que ya tienen muchos juguetes y que hay otras actividades muy divertidas para hacer.
Según van creciendo los problemas con la tecnología varían. Uno de los problemas comunes es el ciberbulling: para combatirlo debemos explicarles que todo lo que se pone en internet es igual de real que si se dice en persona y que podemos hacer daño a los demás. Además siempre le haremos saber que pueden contarnos lo que necesiten y que si tienen problemas es mejor que lo compartan para obtener ayuda.
Otro problema muy actual son los retos virales, a veces bastante peligrosos y que los niños imitan sin pensar en sus consecuencias. Desde el papel del adulto debemos hacerles ver las consecuencias y valorar juntos qué podría pasar si hacen el reto y lo comparten en internet. Es importante que sepan que todo lo que suben a la red es público y permanente.
Lo mejor es disfrutar de la tecnología en familia, si les acompañamos en ese uso desde pequeños y lo alternamos con otras actividades divertidas -leer, jugar, pasear, cocinar…-, tendrán una infancia equilibrada.
Raquel Melero
Equipo de educación