Inteligencia emocional
La inteligencia emocional permite conocer a fondo las emociones y gestionarlas de la mejor manera posible. Es muy importante desarrollarla a temprana edad en niños y niñas. Se trata de enseñarles la importancia del autoconocimiento para que se acostumbren a lidiar con los retos de la vida con positividad y entusiasmo. La inteligencia emocional les aporta una herramienta para expresar libremente sus emociones cuando algo les agrada o molesta. En definitiva, es la habilidad necesaria para gestionar bien las emociones, sean nuestras o de los demás.
El profesorado puede potenciar la inteligencia emocional en clase de la siguiente manera:
- Ayudar a que conozcan mejor sus emociones y la de los demás. Es un proceso largo que requiere mucha paciencia. Lo primero que se debe hacer es identificar las emociones que se tienen en diferentes situaciones del día para estudiar porque suceden.
- Conseguir que adopten una actitud positiva. La actitud ante la vida es fundamental, inculcarles que deben mantenerse optimistas a pesar de las dificultades y los obstáculos.
- Ayudar a controlar el estrés. Muchos niños y niñas padecen estrés por la presión familiar y escolar ejercida sobre ellos. Se puede controlar o mejorar mediante ejercicios de relajación y deporte.
- Desarrollar actividades emocionales. Hacer una asamblea con todos los compañeros y dejar que cada uno exponga de forma natural las emociones que tiene día a día. Esto es muy positivo porque ayuda a los más pequeños a forjar una personalidad capaz de manejar los sentimientos y empatizar con el resto.
- Acentuar las habilidades sociales. La interacción social es indispensable para desarrollar la empatía por los demás, permite conocer las emociones de las personas que están a nuestro alrededor y actuar en consecuencia.
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