Como en las ediciones anteriores de Simo Educación, la plataforma de Smile and Learn organizó una serie de charlas, cubriendo varios temas punteros en educación y tecnología. Una de las más concurridas, se centró en cómo la narrativa digital puede involucrar a los estudiantes en el pensamiento creativo, mediante la comunicación constructiva, la colaboración, y el pensamiento crítico. Normalmente, las tareas diarias en el aula incluyen mucho estudio y poco pensamiento crítico. El conocimiento, la comprensión y la puesta en práctica, conceptos opuestos a la síntesis, el análisis, el tanteo, la planificación, la clasificación o el juicio, dejan poco espacio para la creatividad, que va más allá que el contenido textual, ya sea digital o en papel.
La creatividad es una habilidad, o incluso un talento, que necesita ser entrenada y cuidada. Se puede aprender de la misma manera que se puede perder. Entonces, ¿cuántas formas existen para estimular la creatividad? Muchos dirían que hay tantas como maneras de utilizar un clip: Hace varios años, un equipo de investigación británico llevó a cabo un experimento, en el que se eligió aleatoriamente un aula, preguntando a los niños algo muy simple ¿Cómo podemos usar un clip?
Se nombraron hasta 50 usos diferentes para un simple clip en la misma clase. El pensamiento divergente alcanzó un altísimo nivel. Sin embargo, a medida que estos pequeños crecían, el número de respuestas comenzaba a descender notablemente en primaria e incluso más en secundaria. ¿Qué provocó la pérdida de creatividad?
El taller de Simo Educación tuvo dos casos prácticos, basados en relatos, que devuelven algo de creatividad a la clase: Poesía Blackout y Dados de Pensamiento. Crear un poema Blackout es tan fácil como elegir cualquier texto y aislar palabras o frases, dándoles un nuevo significado. Un poema Blackout va de lo absurdo a lo sublime, pero ahí está lo divertido: revelar poemas ocultos que están en cualquier página.
El dado de pensamientos es sinónimo de habilidades difíciles simplificadas. Solo hay que tirar los dados, hacer preguntas y pensar.Hay tres dados: uno para los seis elementos de una historia, el segundo para pensar en nosotros mismos y el tercero para verbos con poder. Hay que tirarlos juntos para obtener infinitas combinaciones y darle un toque creativo a cualquier historia, invirtiendo, minimizando, reduciendo, animando o simulando el escenario, la trama, el ambiente o el tono. No más pensamientos ordenados como definir, describir, repetir, escuchar, explicar o resumir; ya hay mucho de eso en el aula.
En resumidas cuentas, ideas como estas fomentan la creatividad en cualquier entorno, especialmente en el aula, donde se enseña una segunda lengua a través de recursos muy generales, no personalizados. ¿Quién está preparado para el desafío?