El lenguaje es una capacidad cognitiva fundamental para el desarrollo y el aprendizaje social. Se compone de 4 ámbitos: la fonología, la semántica, la gramática y la pragmática. Tras analizar la semántica (link aquí) hoy hablaremos de la gramática.
El componente gramatical del lenguaje, que incluye dos partes: la sintaxis y la morfología. La sintaxis es el conjunto de reglas que permiten formar oraciones lógicas que expresen lo que queremos comunicar. La morfología es el mecanismo que explica la estructura de las palabras y su proceso de formación. Para que la comunicación sea efectiva, es decir, tenga un sentido y permita compartir significados, necesitamos usar el componente gramatical adecuadamente.
A partir de los 18 meses, los niños comienzan a elaborar sus primeras frases. Éstas se componen únicamente de dos palabras (“quiero agua”, “no casa”, “mami ven”, “mira pelota”). Este proceso también se conoce como “habla telegráfica”, una etapa temprana del lenguaje en la que los niños omiten las palabras menos significativas (preposiciones, artículos) y mantienen las que poseen mayor sentido (verbos, nombres). A pesar de la simplicidad de las combinaciones, éstas son bastante potentes a nivel comunicativo, porque permiten transmitir muchos significados.
Entre los 2 y 3 años, los niños comienzan a elaborar oraciones de tres palabras en las que incluyen algunos pronombres (yo, tú, mi, su) y preposiciones (en, dentro, para). Además son capaces de utilizar de forma correcta los plurales y algunos tiempos verbales como el pasado y presente. Alrededor de los tres años y medio, pueden responder y formular preguntas simples. A partir de los 4 pueden mantener conversaciones sencillas, describir espacios o hechos y explicar cómo funciona un objeto. Además entienden preguntas complejas y usan de forma correcta algunos verbos irregulares.
Alrededor de los 5 años observamos frases de 8 ó más palabras y el uso de oraciones complejas y compuestas. El componente gramatical se va consolidando y permite a los niños comunicarse con mayor fluidez a la hora de narrar sucesos, historias o entender secuencias temporales.
Os proponemos estas ideas para ayudar a los más pequeños en el proceso de elaboración de su gramática:
- Existen muchos juegos sencillos que pueden utilizarse a diario, por ejemplo, indica al niño 3 palabras y pídele que forme una frase con sentido. Puedes ir aumentando el número y la variedad de palabras.
Utiliza la expresión corporal para adivinar acciones. Por ejemplo di una frase: “Juan come fruta y bebe agua” y pídele al peque que la represente. También puedes hacer la actividad inversa. Pide al niño que describa lo que ve en una lámina de un cuento, una fotografía o una ilustración. Con esta sencilla tarea estaremos trabajando también vocabulario y expresión oral.
- La lectura es una herramienta fundamental para el aprendizaje de estructuras gramaticales, que los pequeños irán incorporando a sus narraciones. Aprovecha la lectura de algún cuento para pedir a los niños que continúen la historia o que cambien alguna parte.
- Habla con ellos. Las conversaciones sobre el día o cosas que ocurran a su alrededor les ayudarán a entender las secuencias de tiempo (qué ocurrió, cuándo, por qué). Además, esto favorecerá su comprensión y expresión oral. A medida que vayan creciendo, puedes pedirles que te hablen sobre la última película que han visto, así además trabajarás la coherencia temporal del discurso en cuanto a la introducción, nudo y desenlace.
En Smile and Learn, hemos diseñado una colección para mejorar el aprendizaje de la gramática a través de la construcción de frases. Los juegos incluyen varios niveles de dificultad -pensados para diferentes niveles de competencia lingüística- que van de los 6 a los 12 años.
Almudena González
Equipo Educación de Smile and Learn