Contar historias a través de las imágenes

Somos criaturas visuales. Confiamos en nuestros ojos para guiarnos y comprender lo que hay a nuestro alrededor. Mis ojos siempre han sido unos grandes aliados. Me ayudan a viajar por mi imaginación o a entender lo que tengo delante.

Recuerdo el esfuerzo y frustración que suponían mis deberes de matemáticas. Intentaba recordar los datos y siempre se me iba de las manos. Después de verme refunfuñar y convertirme en parte del mobiliario sin esperanza de avanzar, mi padre sacaba las lentejas, las ponía sobre la mesa y me ayudaba a visualizar. Una vez que lo veía, lo entendía.

Contar historias con el dibujo es algo parecido, es un mapa visual que ayuda a seguir la trama. Lo bonito que tiene es que la mente es flexible, acepta representaciones más y menos realistas mientras cuadre con el mundo que estás creando. Puedes tener a un personaje pegando saltos hasta la luna, pero si a ese mismo personaje no se refleja en un espejo de forma correcta, no es creíble.

Como ilustradora, cuando me dan una historia tengo que encontrar la forma más precisa de contarla con el menor número de dibujos posible. ¿Cuáles son los puntos clave?, ¿cómo quieres representar a los personajes?, ¿dónde están o a dónde van?, ¿a qué edad está dirigido?

Cuando tengo respuestas a estas preguntas, me planteo los bocetos iniciales. Intento ver si por el contexto de las imágenes se entiende lo que está pasando.

El dibujo es un idioma visual, se necesita mantener la narrativa de la historia a toda costa. Puede ir de la mano del texto o no, pero no debe depender completamente de él.

Los colores son importantes. Dependiendo de la edad de los niños tendemos a pasteles o colores primarios para los más pequeños. Cuando van creciendo tienden a preferir colores más complejos y mixtos. Nuestras mentes evolucionan y pasan a retener más información. Más detalle.

Nuestro trabajo es darle cara a los personajes. Ayudar a contar una historia en la que al lector se le da una chispa visual que impulsa a su mente a seguir con la historia.

Es un trabajo divertido, creativo y gratificante.

Laura Ewing, Equipo de Arte

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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