La educación está cambiando. Hoy en día, las nuevas corrientes pedagógicas se alejan del modelo tradicional de educación en el que el profesor es un mero transmisor de conocimiento y el alumno un sujeto pasivo. La transmisión de conocimientos ya no tiene lugar solo dentro de las aulas, sino que, gracias a las nuevas tecnologías, los alumnos y alumnas pueden aprender desde sus hogares. En definitiva, cada vez son más los profesores que apuestan por métodos más participativos, por una educación inclusiva y personalizada, y los alumnos están adquiriendo un rol más activo en su proceso de aprendizaje.
Una de estas nuevas corrientes pedagógicas es la del aprendizaje por proyectos. Pero, ¿en qué consiste este método exactamente?
Aprendizaje por proyectos: iniciativa y autonomía
El aprendizaje por proyectos, ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos) o PBL (Project Based Learning) es una estrategia pedagógica que se basa en tareas y actividades. Es una metodología que permite que los estudiantes adquieran el conocimiento gracias a la realización de proyectos que les sirvan para desarrollar destrezas específicas. La adquisición de conocimientos, por tanto, se hace gracias a la investigación, formulación y exposición. En definitiva, el ABP es un tipo de aprendizaje que fomenta la iniciativa, la motivación y la autonomía de cada alumno.
El aprendizaje por proyectos se basa en las siguientes premisas:
- El conocimiento no se adquiere mediante la escucha pasiva en clase. Cada proyecto tiene la finalidad de que el alumno aprenda a aprender, que tome un rol activo dentro de las aulas y que lleve las riendas de su proceso de aprendizaje. El objetivo es que desarrollen su creatividad y un pensamiento crítico y autosuficiente.
- Los proyectos están relacionados con los problemas de la vida real. Si los docentes vinculan los proyectos a situaciones cercanas a los alumnos hay más posibilidades de que se involucren en lo que está investigando y que, por tanto, los conocimientos que adquieran se conserven en el tiempo. De esta forma, los niños y las niñas se sentirán más conectados con aquello que están aprendiendo.
- Cambia la visión que los alumnos tienen de las aulas: pasan de ser solo un lugar en el que permanecen sentados mientras el profesor da la clase a convertirse en su espacio de trabajo. En ellas, tendrán que trabajar mano a mano con otros estudiantes. Aprenderán a organizarse y adquirirán otras habilidades que no se aprenden en los libros de texto, como el compañerismo, la capacidad de liderazgo o la división de tareas. Estas destrezas serán fundamentales en su futuro desarrollo y en el rol que adquirirán dentro de la sociedad.
¿Cómo seleccionar un proyecto?
Para que esta metodología funcione el proyecto tiene que centrarse en una pregunta abierta, lo suficientemente amplia como para que cada alumno pueda investigar con profundidad. Además, la selección del proyecto debería ser consensuada. Los estudiantes tendrán que trabajar en él durante un tiempo, por lo que debería ser algo que les resulte atractivo, les intrigue y les motive. Para ello, se puede hacer una lluvia de ideas y una posterior votación. El proyecto deberá estar relacionado con la vida real y los alumnos deberían contar con los recursos suficientes para que puedan encontrar la información por sí mismos. Por último, los grupos deberán presentar su investigación frente al resto de sus compañeros. De esta manera, desarrollarán también su capacidad de oratoria.
El aprendizaje por proyectos no se concibe sin las nuevas tecnologías. Al ser un tipo de metodología basada en la innovación, es fundamental que los alumnos puedan hacer uso de todos los medios que están a su alcance. Existen apps educativas como Smile and Learn que les ayudarán a adquirir destrezas que pueden emplear en la investigación de los proyectos. Si aún no has probado nuestra plataforma educativa, puedes hacerlo gratis rellenando este formulario.