Esta semana Amaia Remírez, directora de Innovación y Desarrollo educativo en el Colegio NClic School, nos cuenta cómo las nuevas tecnologías pueden beneficiar el aprendizaje de los niños.
¿Cómo utilizáis las nuevas tecnologías en el aula en el día a día?
Intentamos aprovechar todas las capacidades que ofrecen los iPad y los monitores digitales interactivos para trabajar una metodología educativa que permita al alumnado desarrollar todo su potencial.
No se trata de trasladar el contenido de fichas y libros de texto a un soporte digital. El objetivo es adecuar los contenidos y los métodos a unos recursos que permitan una educación individualizada, que desarrolle todas las inteligencias y que permita que niñas y niños desplieguen sus propias herramientas.
¿Qué argumentos darías a un colegio para introducir las nuevas tecnologías?
1- Aprendizaje personalizado. Sirven para generar contenidos didácticos propios tanto del profesor como del alumno. No hay dos personas iguales y por lo tanto no debemos enseñar a dos niños de igual manera. Cada niño debe aprender a su ritmo mediante retos, juegos,…
2- Educación para la vida. Al igual que los padres no llevaríamos a nuestros hijos a un médico que practicara la educación como lo hacía su abuelo, tampoco lo deberíamos hacer con un maestro que impartiera clases como hace 80 años.
3- Auto-aprendizaje y “flipped classroom”. Facilitan el acceso a contenidos y son vía de desarrollo de destrezas y competencias. La clase se reserva para explicar lo que no se puede auto aprender. Internet proporciona los contenidos y los profesores son los que guían el aprendizaje.
¿Cuáles son las barreras más grandes que te has encontrado a la hora de introducir las nuevas tecnologías?
Hay que motivar y convencer a dirección, profesorado y familias. A los padres les preocupa una posible “dependencia” de la tecnología. Por eso motivo lo primero que hacemos en el colegio es enseñar a los alumnos que el iPad es un dispositivo educativo caro que hay que cuidar. Les enseñamos a auto controlarse y a supervisar su manejo.
- Las tecnologías no son buenas ni malas, lo es el uso que se hace de ellas.
- Para vencer resistencias hay que formar al profesorado, supervisar la implementación de las TIC en todo el centro y velar por la calidad y la seguridad.
- Además, hay que educar a los alumnos para que protejan su intimidad. La clave es la formación en el uso responsable de la tecnología.
¿En qué parte del aprendizaje ves mayor potencial a las nuevas tecnologías?
Las tecnologías les motivan, estimulan su creatividad y aguijonean su curiosidad. Las aplicaciones educativas también ayudan a hacer más amigables algunos conceptos difíciles de comprender.
Lo importante es seleccionar los recursos digitales cuidadosamente y ajustarlos al proyecto educativo. No se deben utilizar aplicaciones de ganar o perder, sino las que promueven el juego y el aprendizaje cooperativo. Además es una excelente forma para que adquieran las tan necesarias competencias digitales que necesitarán sea cual sea el campo al que se dediquen en un futuro.
La tecnología educativa nos ayuda a dinamizar las clases aportando recursos interactivos y multi sensoriales que resultan atractivos, motivadores e ilusionantes para los niños.
Con las aplicaciones de los dispositivos móviles los alumnos:
– Refuerzan conceptos
– Adquieren nuevos conocimientos
– Mejoran la coordinación, la motricidad fina
– Desarrollan habilidades de pensamiento crítico
– Crean historias, contenidos, mapas mentales, murales digitales, esquemas, …
– Son herramientas de productividad
– Facilitan el trabajo cooperativo
– Permiten compartir
Aunque el punto más destacado de los dispositivos móviles es que potencian la fantasía y la creatividad, posibilitan, también, que los niños vean el resultado positivo de sus esfuerzos de forma instantánea.
¿Cómo imaginas la escuela dentro de 50 años?
Imagino un sistema educativo que fomente una educación personalizada y una flexibilidad de horarios que permita compatibilizar trabajo y estudio. Para ello se utilizarán las tecnologías de forma generalizada.
Confío en una escuela interactiva con alumnos motivados, maestros comprometidos y familias cómplices.
Colegios con proyectos integrales basados en el respeto, la curiosidad, la imaginación, el trabajo en equipo, la empatía y la interacción con la sociedad.
