La llegada de la tecnología ha permitido cambiar del aprendizaje tradicional al interactivo. El aprendizaje tradicional se basa en la repetición de conceptos con poco énfasis en la innovación y dejando a un lado los intereses personales de los alumnos. En cambio lo mejor del aprendizaje interactivo es la personalización. A través del uso de la tecnología, los estudiantes son capaces de buscar qué les motiva.
Más allá de eso, los colegios cuentan con herramientas y plataformas digitales que ayudan a acelerar el proceso de aprendizaje. Los proyectores, así como las pizarras digitales ayudan a los profesores a mostrar visualmente ideas específicas para que los estudiantes las comprendan mejor. Además, la habilidad para monitorizar el progreso de los estudiantes hace que los educadores conozcan exactamente cómo se concentran y cómo pueden ayudarles a mejorar. Las aulas grandes se vuelven más agradables y los profesores pueden comunicar a distancia, por eso si faltas un día, la solución es tan simple como echar un vistazo al plan de lecciones.
Smile and Learn saca provecho a todos los aspectos de la educación tecnológica e innovadora, al utilizar un sistema de análisis para hacer seguimiento del uso y progreso de cada niño. Y lo mejor de todo es que los peques disfrutan usando la aplicación. La plataforma educativa es capaz de combinar animaciones divertidas con enseñanza visual, auditiva e interactiva, sin comprometer la calidad de sus contenidos
Montse Villaverde
Equipo de Comunicación